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Totalmente cierto. Para la gente que estudia y trabaja son literalmente nuestra salvación (y también nos hace interesarnos más por la asignatura, ganamos por partida doble), pero luego la gente se piensa que tienen el derecho a pasar de su asignatura y a faltarles al respeto, entonces dejan de ser tan buenas personas. Cerdos que son todos ellos, luego se quejarán del capullo estricto de turno.
Muy típico de los cobardes.
Se ponen chulitos con los tolerantes como si la vida les debiera algo por el mero hecho de haber nacido.
Cansan.
Mucho.
Pero su ego no les permite razonarlo. XD
La mayoría de los profes recién salidos de la facultad vamos de buen rollo, es con la experiencia (la mala experiencia) que descubres que eso no funciona. Por desgracia los niños y los adolescentes a un profesor bueno/blandito se lo van a merendar, así que el profesor le quedan dos opciones, o abandona la profesión o hace callo (se vuelve serio).
Esto no debería ser así en la facultad, donde se supone que todos somos ya adultos. Por desgracia, al llegar a la facultad y en general durante todo el grado se ve mucha niñatería.
#3 #3 miguel_lacambra dijo: La mayoría de los profes recién salidos de la facultad vamos de buen rollo, es con la experiencia (la mala experiencia) que descubres que eso no funciona. Por desgracia los niños y los adolescentes a un profesor bueno/blandito se lo van a merendar, así que el profesor le quedan dos opciones, o abandona la profesión o hace callo (se vuelve serio).
Esto no debería ser así en la facultad, donde se supone que todos somos ya adultos. Por desgracia, al llegar a la facultad y en general durante todo el grado se ve mucha niñatería. @miguel_lacambra Puedo asegurarte que la universidad se ha convertido en el nuevo bachiller.
#4 #4 bobobopatsuke dijo: #3 @miguel_lacambra Puedo asegurarte que la universidad se ha convertido en el nuevo bachiller.totalmente de acuerdo. Con el plan Bolonia hasta nos colaron la asignatura de Retórica en primero del grado de Historia. Yo contentísimo pensando que nos iban a enseñar a hablar en público (algo muy útil sabiendo que la mayoría de los que estábamos allí acabaríamos de profesores), imagínate mi sorpresa cuando, en la primera clase, el profesor se puso a explicarnos la diferencia entre palabras agudas, llanas y esdrújulas, o cuando en las siguientes lecciones nos repartió hojas de ejercicios para que aprendiéramos cuando hay que poner punto y seguido o punto y aparte. Y lo p*to peor es que la mitad de la clase no sabía esas cosas, me daban ganas de tirarme de los pelos.
Yo de chaval nunca fui de los mejores de mi clase, pero me lo curré para tener buenos conocimientos, llegar a la universidad y estar estudiando lo que me gustaba rodeado de gente adulta con los mismos intereses. Y llego ahí y me encuentro con un instituto 2.0, rodeado de gente que se metió en la universidad "para hacer algo", porque quedarse en casa de los papis sin dar palo al agua queda feo. Gente sin una base, sin interés, que prefería copiar los trabajos de la wikipedia y hasta vacilaban al profesor.
Antes la universidad tenía mucho valor porque iba poca gente, básicamente la gente de pasta y en menor medida genios con la suerte de haber encontrado una beca. Hoy en día la universidad es una guardería de jóvenes casi en la misma medida que la educación secundaria se ha convertido en una guardería de adolescentes. Transmitir conocimientos y habilidades es secundario, lo importante hoy es tener a los chavales en "algún lao" y "haciendo algo", y aunque no valgan ni para sujetar el marco de una puerta darles luego el título y que sientan que esos cuatro años de vagancia han valido de algo.
#4 #4 bobobopatsuke dijo: #3 @miguel_lacambra Puedo asegurarte que la universidad se ha convertido en el nuevo bachiller.Es que tuve compañeros que sí, muy buenas personas y todo lo que quieras, pero eran un cero a la izquierda, se pasaron la carrera jugando al LOL, copiando en los exámenes, y acababan pasando todas las asignaturas con un 5 raspado y dándole pena al profesor. Algunos de ellos están a día de hoy dando clase. Imagínate el nivel de los alumnos educados por alguien así, es como si el sistema se autoempeorara a sí mismo a propósito.
Cierto, las gordas no deberían gustarnos. Es más, las gordas deberían estar prohibidas en el mercado.
#5 #5 miguel_lacambra dijo: #4 totalmente de acuerdo. Con el plan Bolonia hasta nos colaron la asignatura de Retórica en primero del grado de Historia. Yo contentísimo pensando que nos iban a enseñar a hablar en público (algo muy útil sabiendo que la mayoría de los que estábamos allí acabaríamos de profesores), imagínate mi sorpresa cuando, en la primera clase, el profesor se puso a explicarnos la diferencia entre palabras agudas, llanas y esdrújulas, o cuando en las siguientes lecciones nos repartió hojas de ejercicios para que aprendiéramos cuando hay que poner punto y seguido o punto y aparte. Y lo p*to peor es que la mitad de la clase no sabía esas cosas, me daban ganas de tirarme de los pelos.
Yo de chaval nunca fui de los mejores de mi clase, pero me lo curré para tener buenos conocimientos, llegar a la universidad y estar estudiando lo que me gustaba rodeado de gente adulta con los mismos intereses. Y llego ahí y me encuentro con un instituto 2.0, rodeado de gente que se metió en la universidad "para hacer algo", porque quedarse en casa de los papis sin dar palo al agua queda feo. Gente sin una base, sin interés, que prefería copiar los trabajos de la wikipedia y hasta vacilaban al profesor.
Antes la universidad tenía mucho valor porque iba poca gente, básicamente la gente de pasta y en menor medida genios con la suerte de haber encontrado una beca. Hoy en día la universidad es una guardería de jóvenes casi en la misma medida que la educación secundaria se ha convertido en una guardería de adolescentes. Transmitir conocimientos y habilidades es secundario, lo importante hoy es tener a los chavales en "algún lao" y "haciendo algo", y aunque no valgan ni para sujetar el marco de una puerta darles luego el título y que sientan que esos cuatro años de vagancia han valido de algo.
@miguel_lacambra el plan bolonia ha sido la mayor patada en los cojones (hablo feo porque fea está la cosa) a la educación española. Se premia el "estar" en la asignatura y en hacer ejercicios, simulando que "trabajas la asignatura". Y los profesores ya han perdido su capacidad de luchar y simplemente no se complican la vida con los alumnos. Para ellos solo tienen un tipo de alumno: el estudiante de bachiller que vive en casa de sus padres. Si te sales del esquema, ten por seguro que ya juegas con un 10-20% menos de nota por faltar a "una de sus clases magistrales" porque tienes la fea costumbre de comer, beber y no ser un peso muerto para tus padres.
La situacion, es para llorar: por ejemplo yo, he tenido 2 profesores en toda la carrera que de muy mala gana me han respondido: pues te vas a la UNED porque las clases son presenciales y si no vienes te quitamos puntos.
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