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Es que debes tomártelo no como que vas a hacer amigos, si no que vas a pasar unos ratos con más gente sociales.
Si hay alguien afín a ti con quien pudieras llevarte mejor, bien, si no, también, tu objetivo no es ir a un curso de cocina para hacer amigos.
Por otro lado, es muy difícil ir a una asociación de algo que te guste (manga/anime, recreación histórica, rol...) y no hacer amigos.
Has de hacer un planteamiento que vas a las actividades a distraerte y dejar que las cosas fluyan, y sobre todo no ir desesperado que eso se huele y tira patrás. Simplemente vas a pasar el rato y tener conversaciones insustanciales y seguro que por un momento te olvidas de si estás solo o no . Si llevas la soledad por dentro seguramente te acompañe siempre hagas lo que hagas, es cuestión de que no lo alimentes demasiado e intentes centrarte en el momento sin más.
Apuntarte a cosas puede allanar el camino (porque aumenta la cantidad de gente con la que tienes contacto, y te da además temas de conversación relacionados con la actividad de turno que sirven para romper el hielo). Pero si alguien carece totalmente de habilidades sociales, eso no va a cambiar porque conviva con uno o cien círculos, o por mucho que tengan en común con ese alguien. Hay ocasiones en que los consejos no bastan y se requiere incluso ayuda profesional.
Es que el problema es apuntarte a cosas sólo por tener la oportunidad de hacer amigos y que además esa cosa no te guste del todo y sigas ahí sólo por si acaso llega alguien nuevo con el que exista una ínfima posibilidad de que entables amistad. La desesperación se huele y la gente huye de ella. Por mucho que te apuntes a 800 actividades no vas a conseguir hacer amigos en todas ellas, y encima te vas a amargar si estás haciendo algo para lo que ni siquiera tienes motivación. El que va a un gimnasio va a ejercitarse, el que va a clases de cocina va a aprender a cocinar, el que va a talleres de punto de cruz va a aprender punto de cruz. Si entabla amistad con alguien, pues muy bien, pero ese no es el objetivo principal de la gente que va a esos sitios. Las amistades surgen, no se buscan ni se fuerzan.
Por eso cada vez que veo a alguien recomendando a gente sin amigos que se apunte a actividades pienso que:
1. No tienen problemas para relacionarse con los demás y no comprenden a las personas a las que le cuesta.
2. Jamás han ido a actividades grupales.
3. La anterior + son personas con el mismo problema tratando de convencer a otros de que eso puede servir cuando nunca lo han probado sólo por dar el superconsejito inútil del día o yo qué sé.
#4 #4 edena_ruh dijo: Es que el problema es apuntarte a cosas sólo por tener la oportunidad de hacer amigos y que además esa cosa no te guste del todo y sigas ahí sólo por si acaso llega alguien nuevo con el que exista una ínfima posibilidad de que entables amistad. La desesperación se huele y la gente huye de ella. Por mucho que te apuntes a 800 actividades no vas a conseguir hacer amigos en todas ellas, y encima te vas a amargar si estás haciendo algo para lo que ni siquiera tienes motivación. El que va a un gimnasio va a ejercitarse, el que va a clases de cocina va a aprender a cocinar, el que va a talleres de punto de cruz va a aprender punto de cruz. Si entabla amistad con alguien, pues muy bien, pero ese no es el objetivo principal de la gente que va a esos sitios. Las amistades surgen, no se buscan ni se fuerzan.
Por eso cada vez que veo a alguien recomendando a gente sin amigos que se apunte a actividades pienso que:
1. No tienen problemas para relacionarse con los demás y no comprenden a las personas a las que le cuesta.
2. Jamás han ido a actividades grupales.
3. La anterior + son personas con el mismo problema tratando de convencer a otros de que eso puede servir cuando nunca lo han probado sólo por dar el superconsejito inútil del día o yo qué sé.Sí, o el típico "sal a la calle", como si la gente de normal fuera hablando a los desconocidos que se encuentra andando y sentados en los bancos.
#4 #4 edena_ruh dijo: Es que el problema es apuntarte a cosas sólo por tener la oportunidad de hacer amigos y que además esa cosa no te guste del todo y sigas ahí sólo por si acaso llega alguien nuevo con el que exista una ínfima posibilidad de que entables amistad. La desesperación se huele y la gente huye de ella. Por mucho que te apuntes a 800 actividades no vas a conseguir hacer amigos en todas ellas, y encima te vas a amargar si estás haciendo algo para lo que ni siquiera tienes motivación. El que va a un gimnasio va a ejercitarse, el que va a clases de cocina va a aprender a cocinar, el que va a talleres de punto de cruz va a aprender punto de cruz. Si entabla amistad con alguien, pues muy bien, pero ese no es el objetivo principal de la gente que va a esos sitios. Las amistades surgen, no se buscan ni se fuerzan.
Por eso cada vez que veo a alguien recomendando a gente sin amigos que se apunte a actividades pienso que:
1. No tienen problemas para relacionarse con los demás y no comprenden a las personas a las que le cuesta.
2. Jamás han ido a actividades grupales.
3. La anterior + son personas con el mismo problema tratando de convencer a otros de que eso puede servir cuando nunca lo han probado sólo por dar el superconsejito inútil del día o yo qué sé.@edena_ruh Eh, NO. De hecho, si lo recomiendo siempre que puedo es porque ha sido la única forma que yo he tenido para aprender a relacionarme con gente. Nunca me adapté a la escuela; sufrí en ella desde el primer día de preescolar hasta el último día de la universidad. Jamás tuve nada en común con mis compañeros ni con mis vecinos, y eran grupos tan variopintos y ya estructurados que simplemente nunca me pude integrar a uno. Pero mis padres son muy dados a la terapia de choque. ¿La nena tiene pánico escénico? Clases de canto y oratoria. ¿La nena está gorda y tiene la delicadeza de un elefante? Clases de ballet. Y si bien en la escuela todo era horrible e intimidante, en las clases extraescolares encontré grupos pequeños donde de forma natural se daba la integración del grupo y el diálogo (¿sabes cómo se dice X en francés? ¿conseguiste la tela del traje?), lo que a menudo se extendía a otras áreas (nos íbamos a comer luego de un recital, nos íbamos todos juntos a casa de uno para preparar una presentación, íbamos juntos a comprar materiales, y como 'ya estás ahí' te incluyen).
#4 #4 edena_ruh dijo: Es que el problema es apuntarte a cosas sólo por tener la oportunidad de hacer amigos y que además esa cosa no te guste del todo y sigas ahí sólo por si acaso llega alguien nuevo con el que exista una ínfima posibilidad de que entables amistad. La desesperación se huele y la gente huye de ella. Por mucho que te apuntes a 800 actividades no vas a conseguir hacer amigos en todas ellas, y encima te vas a amargar si estás haciendo algo para lo que ni siquiera tienes motivación. El que va a un gimnasio va a ejercitarse, el que va a clases de cocina va a aprender a cocinar, el que va a talleres de punto de cruz va a aprender punto de cruz. Si entabla amistad con alguien, pues muy bien, pero ese no es el objetivo principal de la gente que va a esos sitios. Las amistades surgen, no se buscan ni se fuerzan.
Por eso cada vez que veo a alguien recomendando a gente sin amigos que se apunte a actividades pienso que:
1. No tienen problemas para relacionarse con los demás y no comprenden a las personas a las que le cuesta.
2. Jamás han ido a actividades grupales.
3. La anterior + son personas con el mismo problema tratando de convencer a otros de que eso puede servir cuando nunca lo han probado sólo por dar el superconsejito inútil del día o yo qué sé.#6 #6 peppercat dijo: #4 @edena_ruh Eh, NO. De hecho, si lo recomiendo siempre que puedo es porque ha sido la única forma que yo he tenido para aprender a relacionarme con gente. Nunca me adapté a la escuela; sufrí en ella desde el primer día de preescolar hasta el último día de la universidad. Jamás tuve nada en común con mis compañeros ni con mis vecinos, y eran grupos tan variopintos y ya estructurados que simplemente nunca me pude integrar a uno. Pero mis padres son muy dados a la terapia de choque. ¿La nena tiene pánico escénico? Clases de canto y oratoria. ¿La nena está gorda y tiene la delicadeza de un elefante? Clases de ballet. Y si bien en la escuela todo era horrible e intimidante, en las clases extraescolares encontré grupos pequeños donde de forma natural se daba la integración del grupo y el diálogo (¿sabes cómo se dice X en francés? ¿conseguiste la tela del traje?), lo que a menudo se extendía a otras áreas (nos íbamos a comer luego de un recital, nos íbamos todos juntos a casa de uno para preparar una presentación, íbamos juntos a comprar materiales, y como 'ya estás ahí' te incluyen). Pronto aprendí a elegir actividades para las que era buena, y eso de alguna manera te acerca a la gente (te hacen preguntas, cumplidos, quieren hacer equipo contigo). Eventualmente de esos grupos salieron mis grupos de amigos, mis parejas, y el que hoy es mi compañero de vida. Mi mejor amiga de toda la vida salió del coro y teatro del bachillerato (nos hizo gracia tener tanto en común). Otras dos muy buenas amigas son del primer curso de japonés que tomé. Mi círculo actual de amigos son de un club de lectura en japonés. Mi ex del taller de animación 3D (era el profesor LOL). Mi actual pareja del club de anime/manga (íbamos juntos a clases desde el inicio de la universidad, pero solo empezamos a hablar a raíz de nuestro gusto por Death Note). Y también salgo con mi ex-equipo de natación y a últimas fechas con mi actual grupo de cosplay. Siempre que siento pánico por no saber de qué hablar, saco el tema que todos tenemos en común y recupero la tranquilidad. Es como tener un comodín siempre a la mano, y si te preocupas por mantenerte al día sobre el tema, es infinito. No hay manera de perder.
#6 #6 peppercat dijo: #4 @edena_ruh Eh, NO. De hecho, si lo recomiendo siempre que puedo es porque ha sido la única forma que yo he tenido para aprender a relacionarme con gente. Nunca me adapté a la escuela; sufrí en ella desde el primer día de preescolar hasta el último día de la universidad. Jamás tuve nada en común con mis compañeros ni con mis vecinos, y eran grupos tan variopintos y ya estructurados que simplemente nunca me pude integrar a uno. Pero mis padres son muy dados a la terapia de choque. ¿La nena tiene pánico escénico? Clases de canto y oratoria. ¿La nena está gorda y tiene la delicadeza de un elefante? Clases de ballet. Y si bien en la escuela todo era horrible e intimidante, en las clases extraescolares encontré grupos pequeños donde de forma natural se daba la integración del grupo y el diálogo (¿sabes cómo se dice X en francés? ¿conseguiste la tela del traje?), lo que a menudo se extendía a otras áreas (nos íbamos a comer luego de un recital, nos íbamos todos juntos a casa de uno para preparar una presentación, íbamos juntos a comprar materiales, y como 'ya estás ahí' te incluyen). @peppercat Cuando eres niño o adolescente a lo mejor sirve de algo, pero en la edad adulta cada cual va a su rollo, y difícilmente vas a sacar un amigo del alma de una actividad grupal..
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